20.6.11
Un mierda.
Lo soltó así, sin avisar. Aquella calurosa tarde de Julio había quedado con un poeta activista. Un ecologista redomado que impartía clases de noséqué-en-nosédónde. Para enseñarle el barrio, queríamos montar un recital y fuimos a ver el Ayuntamiento y el Centro Cultural y sitios así. Había quedado con “El Rulos”, que hacía tiempo que no le veía. Le pusimos el mote porque siempre era el que llevaba un billete de 5 cuando nos metíamos al baño de la discoteca. Cuando pillábamos un gramo entre 6. Ahora “El Rulos” tiene que pillar uno él solo para aguantar seis horas de fiesta. O eso me había contado antes en su casa. Íbamos a recoger al poeta este a un bar. En los tiempos en los que en el “Canela” aún se podían fumar canutos. Yo iba con el poeta este porque básicamente me pilló mi época de bohemio, es decir, de pobre al máximo y me arrimaba a cualquiera que me pudiera sostener un poco. Eran una especie de poetas que siempre escribían sobre revoluciones y mierda similar. Pero en fin, yo iba a mi rollo y escribía lo mío. Y por lo visto les encantaba. Sobre todo estaba ahí por las reuniones. Cada reunión que hacían se hacía en casa de un miembro. Y este invitaba a cerveza, porros y cena. Casi todos eran profesores de Universidad y mierdas así. Yo estaba en el paro. En realidad todos sabían que en cuanto medrase un poco me iría de allí pero no me echaban. No me echaban porque era bueno y creían que al subir yo como la espuma ellos también lo harían. Y una mierda. En cuanto empecé a salir del agujero dejé la asociación y cuando me preguntaban por ellos en las presentaciones decía que eran malísimos. Les salió el tiro por la culata. Que se jodan, por pijos. Nunca he odiado nada más que a un poeta con dinero. Y el tipo este era de lo peor, recuerdo que íbamos fatal, super colocados y muy ciegos, y “El Rulo” empezó a contar entre risas las cosas que le hacíamos de pequeños a “El Sebas”. El tipo este puso cara como de mosqueo y nos dijo que estaba participando en un centro contra el bulling ese.
-Ya tío, pero todas esas cosas las hacíamos de pequeños y ya sabemos por qué están mal-dijo-Al menos yo ya sé porqué las hacía.
-¿Por qué?-le preguntó el pavo
-Porque mi viejo le zurraba a mi madre-le dijo “El Rulo”- Aunque no me gusta una mierda todo esto nuevo del psicoanálisis y eso.
-Lo siento tío-dijo el poeta-Debió ser duro. Mi padre me maltrataba a mí.
-Eso debió ser más duro-dijo “El Rulo”
-Pues sí-dijo-Lo maté.
Lo soltó así, sin avisar. Y siguió fumándose el canuto. A mí me seguía pareciendo un mierda.
Me han dicho los que me compran las cuerdas de mi guitarra, que me coma el coco, porque las canciones me dan pasta.
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