14.6.11
Vieja Escuela
Allí estábamos, en aquel país perdido de la mano de Dios, cubriendo el acontecimiento socio-político más importante de la última década. Bueno, en realidad estábamos en la sala de prensa bebiendo cerveza y fumando puros sin parar. Me encantan las palabras “crédito-ilimitado”, si os soy sincero, me la ponen dura. Alguien entró gritando que el Primer Ministro llegaba en el coche presidencial y el discurso y esa mierda empezarían en breves. La gente salía corriendo, grabadoras y cámaras en la mano. Solo nos quedamos los realmente buenos en la sala. La flor y nata. Nos veíamos muy de vez en cuando, pero todos nos conocíamos. De hecho había estado viviendo en Berlín cuando hice el Erasmus con dos o tres de ellos en la misma residencia. Nuestro método siempre era el mismo. El fotógrafo y el cámara se encargaban de la mierda. Del trabajo sucio. Nosotros poníamos el canal donde el discurso se retransmitía en directo, sacábamos los ordenadores portátiles y comenzábamos a teclear a un ritmo frenético. En cuanto el discurso empezó se podía oler afgano en el aire. Al fin y al cabo la mayoría habíamos aceptado el trabajo solo por eso. Unos cuantos se metían rayas de cocaína sobre la mesa del catering. Cada uno tiene su modo de trabajo. Y sus vicios particulares. Yo no me meto con nadie. El finlandés me pasó el porro y seguí tecleando. Era como una competición. Maravilloso. Seguíamos haciéndolo como en los viejos tiempos y sabíamos que pocos tenían la madera necesaria para eso. La mayoría estaban tragándose el discurso de mierda o haciendo turismo. Corría el whiskey. El silencio solo era roto por algún grito desesperado en cualquier idioma pidiendo un sinónimo que se le escapaba. Le pasé el porro al alemán. Me sonrío y eché un vistazo a su artículo. Que hijo de puta. Siempre había sido bueno, muy bueno. Así que traté de centrarme en lo mío. Solo por darle en las narices. Por cabrón germano de mierda. Como en los viejos tiempos.
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La madre que te parió, eres enorme, y este texto es enorme.
ResponderEliminar¿Tú serás uno de esos periodistas que fuman porros y toman rayas mientras trabajan? Mola tío
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